Ningún país puede soportar la presión tremenda que los medios de comunicación y los partidos políticos están ejerciendo sobre la aerolínea TAP en Portugal. Desde hace meses, no hay día en que no se publique una noticia ‘bomba’ sobre la compañía aérea.
Además de su situación financiera, aún colea el escándalo de la indemnización a la secretaria del Tesoro, que costó la cabeza de varios altos cargos, entre ellos un ministro. Después se supieron salarios dentro de TAP, tampoco de poco gusto para una aerolínea en pérdidas. Se ventilaron los coches que usan los directivos. Un periódico publica que la dirección General contrató a Isabel Nicolau, amiga personal y socia del entrenador de su marido por 15 mil euros al mes. Las irregularidades, ciertas o magnificadas, sobre todo lo segundo, son diarias.
Ahora, en una situación que es inconcebible en una empresa privada, los medios cuestionan a Christine Ourmières-Widener, la directora general, porque antes de estar en TAP fue la máxima responsable de Flybe, la compañía aérea regional británica que acaba de hundirse. Hay que recordar que la Flybe que dirigió Ourmières ya había cerrado y que la que ha caído ahora tiene el mismo nombre pero otro capital y otros directivos.
Los medios, en este contexto tan cargado, mencionan a Paulo Macedo, ex-ministro de Sanidad y presidente de la Caixa Geral de Depósitos como sucesor. No se sabe si de verdad se está considerando este cambio o si es un bulo para acorralar más aún al Gobierno en este asunto. Pero los nombres se suceden y la aerolínea no deja de ocupar portadas de periódicos.
Mientras, los pasos de cara a la privatización de la aerolínea avanzan muy despacio, desgastando al gobierno.
Fuente: https://www.preferente.com/noticias-de-transportes/noticias-de-aerolineas/tap-ahora-se-cuestiona-la-continuidad-de-la-ceo-324666.html