Ante la gran demanda registrada en cuanto a tráfico aéreo… ¿Por qué no estamos preparados si se han cumplido nuestros deseos?
En los últimos días están apareciendo informaciones confusas tanto para los expertos como para cualquier ciudadano. Nadie que pretenda saber cómo está y estará el transporte aéreo español e internacional puede tener una respuesta contundente. Y eso que muchos están ya preparando la maleta o, incluso, paseando por la propia terminal.
Vamos a intentar buscar algún claro entre tantos nubarrones. Los informes de la International Air Transport Association, lo que viene siendo IATA, sobre previsiones de tráfico dejan algo muy claro: los pasajeros y los vuelos han vuelto. Titulares como: ‘Strong International Traffic Propels Continuing Air Travel Recovery’ (‘El fuerte tráfico internacional impulsa la recuperación continua de los viajes aéreos’) generan una ambiente de esperanza y positivismo sobre una pronta recuperación tras el periodo de pandemia.
Entonces, ¿por qué propongo hablar de nubarrones? Pues porque la tendencia positiva está siendo tapada por otras informaciones sobre la operativa aeroportuaria que ‘nos cortan el rollo’ de lo que iba a ser el gran verano de la recuperación. Colas en los controles de inmigración en España, cancelación de vuelos en los principales aeropuertos europeos, huelgas en Ryanair e Easy Jet,…
¿Por qué?
Si hace unos meses estábamos todos deseando que el gran problema fuera gestionar una gran demanda de volar. ¿Por qué no estamos preparados si se han cumplido nuestros deseos?
Son varias las razones. El argumento más sencillo es achacarlo a la difícil situación geoestratégica y económica por la que está pasando el mundo. Bueno, vale. Pero, como de esto no entiendo demasiado, voy a hablar sólo de las razones operativas que afectan a los actores del transporte aéreo. De lo que tampoco entiendo mucho, pero he pasado años trabajando en ello.
Sin caer en el ‘autobombo’, aquí en Linkedin nos cuestionábamos el pasado 8 de junio de 2021: “¿Estamos preparados para volar?”. Es decir, hace un año reflexionábamos sobre la necesidad de planificar los recursos humanos y materiales para hacer frente a la tan ansiada recuperación.
¿POR QUÉ NO ESTAMOS PREPARADOS SI SE HAN CUMPLIDO NUESTROS DESEOS?
Una hoja de ruta que se debía hacer de forma adecuada según fuese aumentando el tráfico y creciese la necesidad de aumentar los recursos en la operación. Pues bien, estamos a 1 de julio de 2022 y se están viendo las consecuencias de no haber previsto los recursos adecuados en cada momento.
Algo hemos hecho bien
En España, podemos sacar pecho de que, gracias a los ERTES, los problemas laborales sólo se han notado en el colectivo con una normativa laboral más rígida, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Una deficiencia de personal en este colectivo que ha quedado latente en los problemas en los controles de inmigración que saltaron a la prensa en el arranque del pasado mes de junio.
Sin embargo, algunos países donde no se han aplicado esas estrategias laborales están teniendo más problemas. Especialmente, porque las personas que abandonaron nuestro negocio cuando no había vuelos han encontrado otro trabajo y ahora no quieren volver al sector.
Gatwick, Frankfort o Schipol ya han comunicado la reducción en el número de operaciones previstas por falta de personal. Lufhtansa también anunció que baja la persiana en algunas operaciones porque no puede asegurar a los pasajeros que pueda realizarlas. Esto es algo nunca pensé que podría llegar a ver. “No se puede crecer por falta de recursos con los que atender a los pasajeros”, explicaban. Suena, y es, muy fuerte. ¿No?
«NO SE PUEDE CRECER POR FALTA DE RECURSOS CON LOS QUE ATENDER A LOS PASAJEROS»
Quedaría un poco pretencioso sacar pecho en España por las medidas adoptadas y creerse mejor que nuestros vecinos. Además de pretencioso sería un error. En un mundo tan interconectado como el de transporte aéreo cuando uno estornuda, el otro se resfría. Como ya vimos en la evolución de la pandemia en cada país y cómo afectaba al sector.
Esto no acaba aquí. Durante el largo periodo de pandemia y sus coletazos, los trabajadores han aguantado estoicamente unas situaciones laborales y salariales muy duras. Ahora que ven un poco la luz en sus empresas, quieren que su situación mejore. Por eso se empiezan a producir conflictos laborales, que otra vez más tienen como consecuencia retrasos y cancelaciones de vuelos.
Como colofón a los nubarrones, IATA publica en el último número de su revista esta terrible información para el sector: ‘Schipol va a reducir el 20% de sus vuelos sobre la capacidad prevista’. Las razones las ya muy conocidas del ruido y la contaminación que, como ya se ha visto en muchos casos, no las confirman los hechos.
El Gobierno holandés pretende disminuir el tráfico un 20% sobre su capacidad prevista, de unos de los principales aeropuertos de conexión de Europa detrás de Londres y Paris.
Parece que mi intención era hacer un análisis pesimista y casi de lloriqueo por lo que nos vuelve a tocar vivir. No es eso. Mi objetivo con estas líneas era reclamar, mejor dicho, reclamarnos a los profesionales del sector dejar a un lado las proclamas políticas, tanto las pesimistas como las optimistas, según lo que a cada uno le interese, y nos dediquemos a planificar a medio plazo. Y no sólo a vivir y disfrutar del momento.
La pandemia nos ha dejado muy tocado. Sus heridas tardarán en sanar del todo. Unidos a las previsiones económicas con la situación mundial, la guerra de Ucrania, la subida imparable de los combustibles no ayudará a ello. Por tanto, los profesionales de los diferentes sectores de la industria, aerolíneas, aeropuertos o handling debemos trabajar a fondo para resolver todo aquello que está en nuestra mano y poder afrontar los nubarrones que nos llevan acompañando ya dos años.
Fuente: https://aviaciondigital.com/segun-iata-las-previsiones-de-trafico-dejan-algo-muy-claro-los-pasajeros-y-los-vuelos-han-vuelto/